NEOPLASTIF

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El alfabeto presentado ha sido realizado por procedimientos tradicionales y tratado digitalmente para la confección gráfica de esta ficha.

El uso generalizado de la letra gótica en toda Europa, antes del siglo XI, es consecuencia de las invasiones. A partir del siglo XI se produce una etapa de transición, matizada por las necesidades de los nuevos sistemas de gobierno, que, en esencia, se realiza de forma lenta y progresiva.

Un primer intento de insaturación de una normativa tipográfica, que sin duda es un antecedente histórico, es la intervención de Dª. Isabel I, en 1503, estableciendo una normativa en favor de la utilización de una letra cortesana y apretada poniendo en cada plana 35 renglones y 15 partes en cada uno. Esta iniciativa marcará en los siglos posteriores la importancia de la normalización de los usos tipográficos en la escritura.

A finales del siglo XV nuestras letras cursivas eran derivadas de una mezcla de las góticas monacales, que perfeccionadas, llegaron a su apogeo en los siglos XII y XIV para en el siglo XV dar como resultado una letra llamada bastarda o itálica concebida como la luz y reina de todas las letras del universo.

Según Servidori «la letra bastarda, que es hija de la cancelleresca, ha sido desde principios del siglo XVI la letra más hermosa y la norma de todos los que han enseñado cualquier caracter llano o cursivo, bastardo o no bastardo». A pesar de la intención de atribución de autoría de esta disciplina por parte de los italianos, los escritores españoles Juan Escobedo, Fernando Ruano, Hurtado y otros, que propagaron el arte de escribir en Roma, dan, como resultado de profundas investigaciones, la autoría final a los españoles.